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Encuentro Vicarial de preparación al Sínodo de los Obispos

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El llamado de Francisco por una Iglesia Sinodal

Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión, es la realidad eclesial para el Sínodo de los obispo del año 2023 y que como Vicaría Episcopal comenzamos a vivir a través del ejercicio de consulta y discernimiento comunitario, como pueblo de Dios que peregrina en la Arquidiócesis de Bogotá. Es así como bajo la acción permanente del Espíritu Santo, los ministros ordenados, vivieron una jornada preparatoria de escucha, memoria y diálogo pastoral, sobre la vivencia de la sinodalidad.

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En las instalaciones del Centro Camiliano y las disposiciones generadas por el señor Arzobispo, manifestadas por el Vicario Episcopal y el Consejo Vicarial a los presbíteros, y luego de la oración de apertura, en el Espíritu Santo, se dio paso a la revisión del Documento Preparatorio del Sínodo, con el objetivo de fortalecer la vivencia de la comunión, el crecimiento de la participación y la apertura a la misión, frente al camino de la Evangelización, teniendo como clave la eclesiología de la comunión.

 

En el marco de la exposición, se recalcó en que reflexionar la sinodalidad del pueblo de Dios, ayudará a advertir la presencia de las sombras del clericalismo y los abusos de autoridad en el seno de la Iglesia, provocados por el desconocimiento, la huida o el rechazo de su verdadero espíritu.

 

También se manifestó que el carácter sinodal no es compatible con la adopción de los dinamismos de una democracia radicada en el principio de mayorías, un ejercicio de diálogo entre personas "iluminadas" o una Iglesia que se identifique con el Reino de Dios, confundiendo los medios con el fin. Pues, se trata de un proceso, en donde la luz del fundamento Trinitario, el sensus fidei y la conciencia de la dimensión comunitaria y no privatizada de la fe que mora en los orígenes de la Iglesia, se avance en colegialidad sacramental de ministros ordenados, como pastores en procesos de aprendizaje junto a sus comunidades, erradicando toda pastoral de conservación y abriendo los ojos y oídos a la acción evangelizadora de este tiempo.

 

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Fue importante, el momento en que, dentro de la vivencia sinodal, se organizaron grupos de conocimiento, escucha y diálogo frente a tres preguntas que desembocaron en una puesta en común que enfatizó en la apertura a otras dinámicas religiosas y al rechazo de estructuras de intimidación moral en el interior de las mismas relaciones entre sacerdotes y la etiquetación de personas dignas o indignas ante los ojos de Dios. Esta revisión de los acompañamientos y discernimientos sinodales manifestó, entre otras cosas, la implicación de naturalidad en las relaciones, realismo, superación de visiones pesimistas, dispersas, egocéntricas, autorreferenciales o democráticas. Se favorece, desde luego, una mirada en conjunto para dialogar con el mundo.

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Un pueblo que camina por el mundo, gritando - Ven, Señor -, un pueblo que busca en esta vida la gran liberación

Finalmente, dentro del contexto epistolar (carta), el señor Arzobispo, expresó a cada sacerdote un saludo, un agradecimiento y una invitación para ser facilitadores de la articulación de evangelización a través del Sínodo en sus comunidades parroquiales. De igual forma, cada uno de los sacerdotes, escribió una carta dirigida al señor Arzobispo en el espíritu de la sinodalidad. 

 

Damos gracias a Dios por este encuentro y seguiremos compartiendo más de nuestro camino sinodal.